Junta de Castilla y Le?n.

Sencillamente el gobierno regional castellano-leon?s est? dinamitando las bases de la democracia al obviar al poder judicial dejando sin aplicar las sentencias que en su contra se est?n produciendo... ellos deciden y juzgan lo que es apropiado a los ciudadanos...aunque tengan que pasar por encima de ellos...

Las formas de la perversidad son muy variadas, ahora se hace prevalecer a la codicia humana sobre los bosques y los parajes que nos han legado las anteriores generaciones, para que as? jam?s podamos entregar a nuestros hijos y nietos un planeta habitable. Esta semana ha trascendido en la Memoria de 2007 que, la Fiscal?a Especial de Medio Ambiente, se declaraba alarmada por la “avalancha” de casos que les ca?an relativos a grandes complejos urban?sticos, que prosperan pese a vulnerar preceptos legales y de protecci?n ambiental, debido a la inoperancia de las administraciones implicadas. La principal inquietud, señala, es la “sofisticaci?n de las tramas” con un car?cter progresivamente m?s organizado; pero, sobre todo, la “pasividad, cuando no complicidad, de autoridades y funcionarios de las administraciones competentes”, en la que “llama poderosamente la atenci?n la actuaci?n de cargos, representantes y funcionarios de ayuntamientos”.

 

 

 

Este diagn?stico podr?a referirse a cualquiera de las m?ltiples barbaridades que se suceden en la provincia de ?vila, pero encaja a la perfecci?n con la descripci?n que el Procurador del Com?n efectu? sobre Villanueva de G?mez. Un proyecto de ciudad de 34.000 habitantes, donde se est?n ejecutando 32 kil?metros de viales en pleno bosque, sin que a la Junta le conste cobertura legal alguna. No obstante haber reconocido la pasada semana, tanto la Consejera de Medio Ambiente como el Consejero de Fomento, que la Junta no piensa ejercer sus competencias y que el Alcalde puede hacer lo que quiera.

 

 

 

Creo que el problema se eleva de categor?a, ya no entra en cuesti?n el mero proceder de la Junta ante un tema concreto pese a la tragedia medioambiental que supone; ahora lo verdaderamente insoportable es la decisi?n de prescindir de todo el sistema de normas (comunitarias, nacionales y auton?micas) que hacen posible nuestro orden social. En otras palabras, que la Junta de Castilla y Le?n se desentiende del ordenamiento jur?dico y de las propias Resoluciones del Procurador del Com?n que instaban la aplicaci?n del derecho.

 

 

 

San Agust?n, en su De Civitas Dei, se preguntaba: “¿Qu? son los reinos sin justicia sino grandes bandas de ladrones? ¿No son acaso las bandas de ladrones sino pequeños reinos?”, y se contestaba afirmando que “el derecho no puede darse donde no hay la verdadera justicia”. Y vengo yo a preguntarme si puede decidirse impunemente la cesaci?n del derecho, sin consecuencias sociales verdaderamente graves.

 

 

 

La ?nica certeza constatable es la incapacidad manifiesta de la Junta de Castilla y Le?n para gestionar las “competencias transferidas” por el Estado en materia de urbanismo y medio ambiente, sea por propia decisi?n o por ignorancia palmaria, tanto da. Las comparecencias de los cargos pol?ticos, el desparpajo de sus indolentes manifestaciones y la permanente insistencia en defender s?lo la especulaci?n como ?nico futuro para la regi?n, deslegitiman de ra?z el fundamento de la Comunidad Aut?noma y su adecuaci?n para satisfacer los intereses generales y garantizar el futuro de sus habitantes.

 

 

 

Pero la ilicitud de la Junta ya ha sido sobradamente acreditada por la Justicia en dos sentencias paradigm?ticas: La Ciudad del Golf de Las Navas del Marqu?s y la Estaci?n de San Glorio. Estas llamadas a la prudencia no han conseguido modificar la terquedad y el desd?n por las leyes en los miembros del Consejo de Gobierno, que proyectan una imagen equiparable a la Charanga del T?o Honorio. Haciendo uso del mandato constitucional, creo llegado el momento de que el Estado intervenga en Castilla y Le?n, para hacer cumplir las leyes, y para que esta autonom?a no derive en la “banda de ladrones” a que alude San Agust?n.

 

 

 

?vila, 6 de junio de 2008., Paco Cenalmor

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